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ENTREGA 2.


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La recogí y la monté en el auto.
Le di una capucha negra.
- ¿Y esto?
- No quiero que sepas donde vamos.
Ella se la puso y suspiró.
Empecé a manejar, dando mil vueltas par despistarla.
Así estuve durante una hora.
Ella estaba inquieta y prwguntaba sobre nuestro destino y yo no respondía.
Llegamos.
La tomé de las manos y la guié hasta dentro de un piso alquilado de AirBnb.
Allí me esperabas tu,
desnuda, arrodillada,
con las manos en tus muslos,
tus ojos expresaron alegría y
si no es por mi dedo en mis labios
habrías hablado.
Cogí a mi acompañante y
la hice desnudar, pieza a pieza,
para que tu, mi sumisa alfa,
pudieses descubrir su belleza.
Tus ojos expresaban admiración
pero seguías callada tal y
como te había dicho.
La arrodille delante de ti.
Le ordené poner las manos en sus muslos.
Me indicaste y yo miré.
Su sexo estaba húmedo.
Con la vista me preguntaste si podías tocarla.
Afirmé.
Lentamente acercaste tu mano a su sexo.
Tus dedos recogieron gotas de su humedad.
Me las ofreciste y yo las absorbí con placer.
Te ofrecí algunas a ti y tu lamiste tu mano y
tus ojos brillaron.
Me retiré un momento.
Mi captura estaba inquieta.
Tus ojos reflejaban deseo mientras yo seleccionaba.
Te entregué unos palillos chinos con gomas elásticas.
Te adelantaste y seleccionaste sus pezones.
Ella, al notar los palillos, dió un respingo.
Cuando tuvo los pezones con los palillos, le susurré al oído:
- Quítate la capucha.
Apareció su rostro.
Una muca de dolor/placer cruzaba su rostro.
- Mi sumisa, este es tu regalo por un año de relación conmigo. Tienes mi permiso para hacer con ella lo que quieras.
Fué una sesión interminable de gemidos, gritos, aullidos, liquido vaginal entremezclado, semen, sexo lésbico, vaginal, anal, ...
Extenuhación, satisfacción, cansancio, olores, caricias, abrazos, besos, ...
Ya somos tres.
Ahora a pensar para el segundo y primer año respectivamente.
Que ganas de encontrar algo diferente.
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